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. Con un contundente plan de empleo, el cual busca generar 36.382 fuentes de trabajo a través de obras públicas, inversión social y programas de vivienda de interés prioritario (VIP), el alcalde de Medellín, Alonso Salazar Jaramillo, quiere salirle al paso al último índice de desempleo, que coloca a la segunda ciudad colombiana con un 18%, sobre un nacional del 12,9%, solo superada por Ibagué (ciudad ubicada en la zona andina de Colombia) con el 19.8%.
Medellín, una ciudad con tradición industrial y manufacturera, ve como su fuerza laboral crece, a la vez que las plazas de trabajo disminuyen, primero por la tecnologización de las plantas y segundo, por un efecto colateral de la crisis económica mundial, que golpea las ventas tanto de mercado interno como exportaciones, obligando a las empresas a reducir costos y personal, sobretodo no calificado.
Una iniciativa como la implementada por la administración municipal en aras de buscar ingresos y estabilidad económica en parte de la población, impulsa una atmosfera de tranquilidad por parte de los habitantes, frente a quienes los gobiernan. El plan de empleo de Medellín 2.009, soportado en obras prioritarias como los escenarios deportivos para los próximos juegos Odesur de 2.010, el plan de las 15.000 viviendas VIP, infraestructura vial y las obras para la educación e inversión social, garantizan un ejercicio favorable en materia de empleo para los próximos tres años.
No obstante, el plan muestra falencias a la hora de impulsar una verdadera sostenibilidad en el empleo del sector productivo, el gran empleador de la ciudad. Aunque la alcaldía viene desarrollando desde la pasada administración de Sergio Fajardo, una política fuerte en el tema del emprendimiento y la creación de empresas, ha carecido de acciones contundentes para respaldar a la industria real, no cogiendo el compromiso de frente, sino sesgadamente a través de procesos como Medellín Mi Empresa, programa este liderado por la Cámara de Comercio de Medellín, con el apoyo de la Universidad Esumer y Acopi (Asociación
olombiana de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa).
Se necesitan acciones más contundentes en el tema de estímulos fiscales a quienes generen empleo formal, y sobretodo una política de acompañamiento a los distritos o complejos industriales de la ciudad que vienen trabajando en asociatividad, como estrategia clave que los fortalece a la hora de una garantía crediticia o un proceso exportador
Es consolidar la relación empresa-estado, buscando la influencia de uno de los municipios más ricos de Colombia como lo es Medellín, ante la dirigencia del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, para implementar en los complejos empresariales organizados las “zonas francas especiales”, lo que impactaría positivamente, no solo en la estabilización del empleo activo por el incremento en las ventas, como la generación de nuevas fuentes de trabajo calificado y no calificado.
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